domingo, 12 de agosto de 2012

Una leyenda africana

Khoi san
o "Bosquimano"
POR QUÉ LA JIRAFA Y LOS PICABUEYES SON BUENOS AMIGOS

Leyenda san

En tiempos antiguos, antes de la llegada del hombre, cuando todos los animales vivían pacíficamente juntos, un enorme incendio, iniciado por un rayo, arrasaba la sabana. La hierba reseca se prendió en candela y los fuertes vientos, comunes en la estación seca, rápidamente extendieron el fuego de horizonte a horizonte. Imposibilitados de extinguirlo, los animales huyeron en pánico ante las mortales llamas.

Una pareja de picabueyes (Bufagus africanus) habían hecho su nido en un hueco de un tronco y recién habían nacido sus polluelos, pero el árbol estaba en el camino de las lamas que se acercaban velozmente. Los picabueyes rogaban a los animales que pasaban que les ayudasen a recatar a sus crías, mas ninguno le pes prestaba atención mientras, en pánico, huían de las llamas.
Picabuey
Justo cuando los picabueyes  estaban a punto de perder las esperanzas, la amable jirafa acertó a pasar por el lugar y viendo a las aves tan preocupadas, les preguntó qué sucedía. -Oh, Jirafa, los picabueyes se lamentaban, nuestro nido pronto será arrasado y nuestro polluelos con él. Por favor aléjalo del fuego por nosotros.

Jirafa se apiadó de los picabueyes en su desesperación, y corrió hacia el árbol a través del denso humos y las pavesas. Gracias a su largo cuello y patas, Jirafa pronto pudo alcanzar lo alto del árbol y tomar del hueco del tronco el nido con los polluelos y llevarlos a un lugar seguro.

-Oh, gracias, gracias, amable Jirafa, dijeron los aliviados picabueyes, ¿Cómo podríamos pagarte tu gentileza?
-Eso es muy fácil, replicó Jirafa, las garrapatas siempre me están molestando...Si ustedes se subieran a mi espalda y me las quitaran...

-Estaremos felices de hacerte ese servicio, por ahora y para siempre, dijeron los picabueyes llenos de dicha.

Hoy, si tú vas por las sabanas africanas, casi siempre verás picabueyes cabalgando las jirafas, subiendo por sus cuellos, costados y hasta las orejas, manteniendo su promesa.





Esta leyenda bosquimana (khoi-san) está tomada del libro When Hippo was hairy and other tales from Africa (Struik Publishers, Cape Town, 2000), narrados por Nick Greaves. Es un libro con buenas ilustraciones por Rod Clement, abundantes datos sobre animales africanos y mapas de su distribución en África.

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