martes, 29 de mayo de 2012

Nuestra Señora de Belén, devoción de la familia Bolívar

Nuestra Señora de Belén.
Aragua no es sólo un hermoso lugar, de tierra fértil y gente amable. Es también una región donde abundan lugares de interés histórico y de peregrinaje cívico. Entre los pueblos aragüeños destaca San Mateo, población que muestra con orgullo su contribución a la guerra de la independencia de Venezuela, cuyo testimonio más fehaciente lo representa las ruinas del Ingenio Bolívar (o de San Mateo), y el importante santuario de Nuestra Señora de Belén, patrona de la Diócesis de Maracay, situado en el centro del pueblo, cercano al río Aragua.

San Mateo fue un pueblo de doctrina fundado en la tercera década del siglo XVII en una fecha que, según don Tulio Chiossone (Diccionario Toponímico de Venezuela), no se ha precisado. Alfredo Armas Alfonzo nos amplía la información. Según él, la zona estaba poblada por integrantes de las naciones quiriquire y meregote, sometidos al régimen de encomiendas, pertenecientes hacia 1638 al Capitán Tomás de Aguilera y Grezala. Posteriormente se agregarían otros encomenderos como el Sargento Mayor Juan de Brizuela (1649) o Fabián de Aguirre, todos ellos dedicados a la explotación agrícola y pecuaria. Hacia fines del siglo XVII existían en San Mateo tres repartimientos de indios encomendados al Maestro Juan Liendo, Luis Arias Altamirano y el Capitán Luis de Bolívar y Rebolledo. Este no fue el primer Bolívar en tener tierras en la zona ya que un siglo antes don Simón de Bolívar "El Mozo" tenía concedida la encomienda que había pertenecido a Sancho del Villar. Menciono a los Bolívar porque Nuestra Señora de Belén fue devoción de esa ilustre familia, como veremos más adelante. No viene al caso el árbol genealógico del Libertador Simón Bolívar.

Como la mayoría de los pueblos del período colonial, San Mateo fue mudado alguna vez de "la punta de Los Caobos" (su ubicación original) a su posición actual. Cuando el Obispo Mariano Martí lo visita en 1781 ya se había mudado y la población estaba formada principalmente por españoles y criollos, a pesar de seguir siendo, desde el punto de vista jurídico, un pueblo de indios. Para esa fecha la devoción y fama de milagros de Nuestra Señora estaba bien afianzada.
Nuestra Señora de Belén en su
custodia y la corona canónica.
Regresemos a 1709, año del hallazgo, y que nos narre Armas Alfonzo, que cito textual:
Era el año 1709 y gobernaba la comunidad indígena de San Mateo su cacique Mateo de Oroguaypuro u Oreguaypur, muy considerado entre su pueblo por haber obtenido de las autoridades españolas el reconocimiento del derecho a la legua de tierra que les fue adjudicada por Ley de Indias de 1642 y de la que habían sido despojados. En estos suelos se dilataban los cultivos de añil, caña de azúcar y maíz. La iglesia se centraba entre el rancherío pajizo, y Fray Nicolás de la Torre daba todos los días sus clases de catecismo.
A una cuadra de la iglesia tenía casa el indio Tomás José Purino, cristiano converso de conducta muy recta, por lo que se le nombró fiscal de la Doctrina. Se había casado con todas las de la ley española con Inés Heredia, india también, de vida decente y moral.
En horas de la mañana del 26 de noviembre de 1709, el indio Purino se puso a cortar una leña en el patio de su casa. El hacha hendía un tronco de árbol. A medida que trabajaba notó que la tierra se movía cerca de él y se levantaba. Inés Heredia lo atribuyó a los golpes del palo sobre la tierra. No. Mientras Purino rajaba el tronco, se formó una prominencia y en el centro de ella una como fisura o agujero. Purino llamó a gritos a su mujer.
Vieron entonces que de la oquedad emergía hasta quedar parada sobre la tierra una imagencita no más grande de una moneda de dos bolívares. La crónica describe un vellón. (Nota para aclarar lo del tamaño: una moneda de Bs. 2 tiene un diámetro de 2,6 cm)
Detalle de la custodia.
Se acercaron los esposos y hallaron que era una Virgen sobre una media luna, con el Niño de pie sobre su rodilla derecha, una mano de ella sobre el vientre del pequeño, la otra tocando su pie izquierdo. Inés Heredia trajo un trapito que le mandó a buscar Purino y el indio recoge la medalla aparecida y la lleva adentro. Se pusieron a rezarle el Rosario, Purino, su mujer, María Micaela, la madre de Purino, y los indios y los vecinos que acudieron a la casa atraidos por el milagro.
Trece días estuvo la imagen en la casa del milagro hasta que Fray Nicolás la hizo trasladar a la iglesia, no sin oposición de Purino, que aceptó por fin la mudanza con la condición de que se le dejase a él la atención del altar donde se colocaría. La procesión fue una fiesta popular. Fray Nicolás depositó la imagen en un tabernáculo de la Inmaculada Concepción.
La mañana siguiente el Padre Nicolás le organizó una misa a la Virgen, y vestido para el oficio subió al altar y le mandó al monaguillo Manuel Fiscal que abriera la cortinita del tabernáculo. Todos pudieron ver entonces que la reliquia ya no tenía el color oscuro, de plomo, con que se halló. Se la empezó a llamar desde entonces Nuestra Señora de Belén. El proceso que le abrió la curia en 1765 reveló muchos misterios. Al principio la imagen apenas medía dedo y medio y desde que se la llevó a la iglesia creció dos tercios más. Cuando se le aparece a Purino carece de nubes y los dos querubines de entrambos lados de los cuernos de la luna.
Hubo milagros, sobre todo en casos de viruela, sarampión o accesos de tos. También se la invocaba en casos de sequías severas. Su fama se extendió rápido, no solo entre el pueblo sencillo, sino entre familias principales de la región. Ante tales noticias, el obispo de Caracas, Antonio Diez Madroñero, ordenó abrir, en marzo de 1765, un proceso informativo a cargo del padre Julián de Ángel y García. Cuando el Obispo Mariano Martí visita San Mateo en 1781 ya el oratorio de la hacienda El Palmar estaba dedicado a la Virgen de Belén y el coronel Juan Vicente de Bolívar y Ponte, padre del futuro Libertador había dotado a la iglesia del pueblo con una campana, una imagen de bulto de la Santísima Trinidad, una lámpara de plata (las tres piezas aún se encuentran en uso) y una dotación pecuniaria de 300 pesos para el aceite de la lámpara. El banco que usaba la familia Bolívar en la Iglesia de San Mateo forma parte hoy de la colección del Museo Bolivariano, en Caracas.

Retablo del altar mayor de
la iglesia de San Mateo.
Originalmente perteneció al
Convento e Iglesia de San Jacinto
en Caracas
El 23 de junio de 1781, el obispo Martí y su comitiva sale de Turmero hacia San Mateo, pasando por el trapiche de don Miguel de Aristeguieta, "y visitamos el Oratorio que allí tiene baxo la invocación de Nuestra Señora de Belén", en el sitio del Palmar, a media legua del pueblo.  El buen obispo nos describe la iglesia:
...es baxo la invocación de San Matheo, que también es el nombre de este pueblo. Es de una sola nave, sus paredes de tapias y rafas, cubiertas de texa y obra limpia. Está medianamente ornamentada. Está de continuo colocado su Divina Magestad. Está aseada y tiene algunos retablos. (...) A la banda del evangelio hay una Capilla que haze como una nave colateral, en donde está el altar y imagen de Nuestra Señora de Belén, de bronze, de medio relieve, de un cuarto y medio a un palmo de vara, poco más o menos. En tiempo de mi antecesor, el año de 1765, se amoldaron algunas imágenes por ésta, y comúnmente se dize que esta imagen original crece o se aumenta;...
El Señor Obispo quiso entonces comprobar lo que se decía entre el común, y no salió muy convencido:
... pero yo he hecho la experiencia de cotejarla con un exemplar amoldado que se sacó en dicho año, y esta imagen original no ha crecido, ni ha aumentado sino muy poco, y es lo mismo casi que el exemplar amoldado, y en la cabesa o sobre la cabeza tiene la original una cosa pequeña, del canto de una peseta, que no tiene la amoldada; en lo demás, casi lo mismo es una que la otra.
Virgen de Belén en la cajita donde
se muestra para el beso de los fieles
Agrega monseñor que la capilla tiene una puerta que da a la plaza y es tan aseada como la iglesia. Nota también la presencia del relicario donde estaba expuesta la pieza de Nuestra Señora de Belén, "que está como una custodia grande y hermosa", dádiva de don Miguel de Aristeguieta.

Más adelante el obispo nos agrega detalles, más conciso que Armas Alfonzo, sobre el hallazgo:
En el año de 1709 se apareció o fue hallada la milagrosa imagen de Nuestra Señora de Belén por Thomás Joseph Purino, de nación indio, en la casa de éste, a distancia a una quadra de la plaza, ahora señalada por quatro paredes, con el ámbito o espacio de unas dos o tres varas en quadro por dentro, cerrada por una puerta, adonde estuvo para sacar tierra de aquel suelo y la echan a los campos por devoción para que fructifiquen.
Tengo entendido que aún los fieles recogen suelo del lugar del hallazgo a modo de reliquia, tal vez con el mismo fin que en el siglo XVIII.
El dicho Thomás José Purino rajava leña y reparava que se movía la tierra baxo del tronco que estava rajado, y llamó a su muger y continuava el mismo movimiento, y como una intumescencia de aquella tierra, es donde se abrió una boquita y salió esta milagrosa imagen, paradita en el suelo como imagen de Concepción de Nuestra Señora con el Niño Jesús en sus brazos y la luna en los pies. En la misma casa de este dicho(so) indio concurrieron las gentes, y allí resaron el Rosario delante de esta Santa Imagen, hasta que después de algunos días fue trasladada a la Iglesia parroquial y en esta misma le hizieron después una Capilla grande. El señor (Antonio Diez) Madroñero, por auto de 21 de marzo de 1765 cometió la información de varios milagros de esta Nuestra Señora de Belén al presbítero don Pablo Julián del Angel y García, y después en Valencia, a 23 de enero de 1768 aprobó estos milagros y dio licencia para que se publicasen y se pudiesen imprimir, precediendo antes al parecer y dictámenes de hombres doctos y virtuosos.
Sacrificio de Ricaurte
por Antonio Herrera Toro
En el Libro de Inventarios de la visita del obispo Mariano Martí se hace una descripción completa de la capilla de Nuestra Señora de Belén y del relicario en forma de "Custodia de sol, de unas tres cuartas de alto, toda de plata sobredorada con varios serafines con labores de plata sin dorar", que había donado don Miguel de Aristeguieta. En el curso de los años la decoración de la capilla ha cambiado. El altar de es mármol italiano y la custodia-relicario donde se exhibe la imagen es obra de ofebrería británica del siglo XIX, elaborada a instancias de María Antonio Bolívar de Clemente, hermana del Libertador, quien deseaba que la obra fuera digna de la Virgen.

La tradición asegura que durante el asedio a San Mateo (abril-mayo de 1814) por el monstruo asturiano José Tomás Boves y sus hordas enemigas de la libertad, Simón Bolívar detuvo un asalto realista al parque cuya defensa había confiado  al valiente neogranadino Antonio Ricaurte, invocando a la Virgen de Belén, devoción de su familia. Nos dice Armas Alfonzo: "En un momento en que todo parecía perdido, Bolívar tomó entre sus manos la custodia y la puso frente a la Legión Infernal que irrumpía aquel día  por abras y colinas hacia la casa del alto, donde ya se libraba encarnizada batalla. La explosión sorprende al enemigo y Boves mismo ordena la retirada y abandona el campo. Los cadáveres esteran los caminos de la huida sorpresiva". Corrían y huían porque todo malo es cobarde, como dicen en mi pueblo.

Monumento Histórico Nacional
Ingenio Bolívar, San Mateo
Hay una ciudad del oriente de Venezuela, fundada el 20 de febrero de 1734 por órdenes de don Carlos de Sucre, Gobernador de la provincia de Nueva Andalucía y bisabuelo del Gran Mariscal de Ayacucho José Antonio Sucre,con el nombre de Nuestra Señora de Belén de Aragua, conocida en todo el país como Aragua de Barcelona. Me pregunto si habrá sido la fama de este hallazgo inspiró el nombre del nuevo pueblo.

El 18 de agosto de 1814 Aragua de Barcelona fue escenario de una de las más cruentas batallas libradas en todo el conflicto. Alrededor de 2.000 defensores republicanos comandados por el Coronel José Francisco Bermúdez enfrentaron el ataque, realizado por cerca de 5.000 realistas liderados por el General español Francisco Tomás Morales. Según el historiador Francisco Alejandro Vargas, durante la refriega, llevada a cabo casa por casa, perecieron alrededor de 1.700 defensores o pobladores de la ciudad y resultaron heridos unos 2.000, además de que otros fueron posteriormente ejecutados sin conmiseración alguna por las tropas de Morales, según instrucciones emitidas por el Comandante General del ejército realista José Tomás Boves, el mismo asturiano que atacó San Mateo en abril-mayo. Feas tropelías cometieron los vándalos realistas, no respetando ni los altares en su afán de robar, matar y violar. A Boves le quedaban pocos meses de vida, pues murió en la batalla de Urica el 5 de diciembre de ese mismo año.

Para ampliar la información sobre la Patrona del estado Aragua, ingresar por aquí.



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